Me encanta viajar, conocer otros países, otras culturas… viajar para descubrir, para conocer,para documentar, aunque por falta de tiempo, por trabajo u otras obligaciones no siempre se puede .
En Agosto de este año tuve la oportunidad de viajar a Cabo Verde un país de diez islas solitarias a cientos de kilometros de la costa de Senegal y a 1500 kilometros de Canarias. El país que ni es cabo ni es verde, navega desligado a África, mirando hacia Europa pero a años luz de ella, un país forjado de la nada y obrado por la casualidad.
Un país de paisajes dispares y para todos los gustos, sus habitantes cálidos y amables reflejo de sus paisajes porque en ellos esta la esencia de este país. Para mi, viajar a Cabo Verde es un pacto con la humildad y la calma.
Cabo Verde, un país que me conquistó pues es la sonrisa de África, y al que quiero volver ,la falta de tiempo, 5 días no dan para mucho así que solo pude visitar la Isla de Sal, una isla hecha de mar, kilómetros de costa para perderse en ellos y sol garantizado, a mi particularmente me pareció un lugar encantador, lleno de colores y contrastes y una luz espectacular. Recomendable 100%.
Comparto con vosotros un trocito de lo que fue mi viaje a Cabo Verde.
Cada día habrá algo nuevo que ver, algo nuevo que retratar. Cuando retratas el mundo, el mundo viaja contigo.
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